Jugar con dobles y mitades es una buena preparación para la comprensión de la multiplicación y la división, si además los niños se familiarizan con la decena haciendo grupos de diez, tenemos motivos de sobra para construirnos este bonito juego. Nuestra colaboradora Marta Ruiz comparte con nosotros este juego que triunfa en su casa, a sus niñas les encanta jugar con la fesolera.
El juego de la fesolera (el juego de la planta de judías)
Os presentamos un juego de fabricación casera al que llamamos “la fesolera” (la planta de judías). Este juego permite practicar el conteo, el sistema base diez y los algoritmos “doble” y “mitad” (introducción a la multiplicación y la división).
Es un juego de mesa muy entretenido para los niños y las niñas de entre 6 a 8 años aunque, si les apetece, podrían jugar niños más pequeños (y más mayores, ¡claro!).
¿Qué necesitamos?
Para jugar a la “planta de judías” necesitamos:
- Un tablero de unas 25-26 casillas que serán las hojas de una planta de judías. Algunas hojas tienen en su superficie mariposas o mariquitas (o gusanos, lo que más nos guste) y otras no tienen nada.
- Fichas de colores (una por jugador) que nosotros hemos hecho con tapones, son arañas.
- Un dado numerado del 1 al 6 (dado de avanzar).
- Un dado numerado con números pares ( en un dado estándar podéis repetir el 6 y el 4 poniendo unas pegatinas o escribir 2, 4 y 6 dos veces en un dado blanco).
- Sobres de papel (o bolsitas de plástico pequeñas).
- Contenedores o vasitos de plástico.
- Judías secas.
Nosotras para dibujar el tablero nos hemos inspirado en el cuento tradicional de las “judías mágicas” (ver el libro aquí).
Cómo se practican los dobles y las mitades
Cada jugador en su turno lanzará los dos dados.
Con el dado clásico (numerado del 1 al 6) avanzamos nuestra ficha (araña) escalando por las hojas de la planta. El dado de números pares nos indica cuántas judías ganamos en cada ronda. Contamos cuántas judías nos han tocado y las ponemos en nuestro contenedor o vaso de plástico.
La partida termina cuando uno de los jugadores llega a la cima de la planta (última casilla). Entonces contamos cuántas judías tiene en ese momento cada jugador para ver quién es el ganador.
Este final puede tener variaciones según acuerden los niños.
- Hay grupos de niños que prefieren terminar sólo cuando se cae exactamente en la casilla final. Por consiguiente, si el número del dado sobrepasa la casilla, el jugador retrocede.
- Otros niños prefieren terminar la partida cuando todos los jugadores han ascendido hasta la hoja final. Entonces realizan el recuento para ver quien ha ganado.
- También podemos dar un premio de 6 judías (por ejemplo) al jugador que llegue primero.
¿Para qué sirven los sobres?
Cada vez que tenemos 10 judías en nuestro contenedor, las ponemos en un sobre.
Así se facilita el recuento final y vamos practicando motricidad fina, contamos y evitamos que una mala caída de un vaso durante el juego provoque un caos en la partida ☺.
Casillas especiales del tablero
Nuestro tablero tendrá algunas casillas especiales de “doble” o “mitad”.
En nuestro ejemplo, cuando caemos en una hoja con una mariquita (o un gusanito) tomaremos la mitad de las judías que el dado (el numerado tan sólo con números pares, ¿por qué será? ☺) nos esté indicando.
Si caemos en una hoja sobre la que está posada una mariquita tomaremos el doble de judías de las indicadas en el dado.
Final del juego
Al finalizar el juego contaremos cuántas judías tiene cada jugador. Comprobaremos la utilidad de los sobres con diez judías, nos permiten contar más rápido.
Recomendaciones
En la introducción ya os hemos sugerido edades y contenidos que podemos trabajar con este juego de mesa.
Si el juego va a tener un uso intensivo (va a ser usado por un grupo numeroso o en el contexto de un aula), recomendamos dibujar el tablero sobre un material rígido (cartón o madera).
Encontraréis en este blog entradas que explican con detalle los beneficios del aprendizaje a través del juego.
Tan sólo comentar que, en este caso, se trata de un material que podemos “construir” con los propios niños. Fomentaremos su creatividad y facilitaremos que se apropien más del material. De hecho, puede ser un regalo sencillo pero auténtico y más personal que los niños podrían fabricar para algún amigo.
Marta Ruiz
¿Os gusta jugar a juegos de mesa? ¿Qué te ha parecido esta idea? ¿Te animas a ponerla en práctica?
¡Te leo en los comentarios!
anamore70 dice
Bueno, bueno, bueno, ya estoy empezando a recopilar material…, que bien nos lo vamos a pasar.
Como siempre, mil gracias por todo.
Malena dice
Gracias a ti por comentar :-), espero que disfrutéis mucho con el juego.