Cuando empieza el verano, tanto en casa como en la calle se respira vacaciones. Al menos en España porque los niños pasan unas 11 semanas sin ir al colegio.
Es habitual que veas niños de todas las edades en cualquier momento del día porque la escuela proporciona estructura pero también condiciona los horarios. Además, como estamos en verano disfrutaremos de los días largos y de las noches estivales.
También en estos días muchos colegios envían tareas escolares como fichas o libros de vacaciones a los niños, las librerías están llenas de ellos. Para muchos niños hacer una ficha o una página de un libro es una actividad realmente entretenida y liviana y no tienen inconveniente en pasarse unos cuantos minutos al día repasando operaciones, haciendo crucigramas de inglés o buscando sinónimos. Incluso hay algunos que lo piden. Este era mi caso cuando era pequeña: me encantaban los típicos libros de vacaciones.
Pero para otros muchos niños (y para sus padres) las tareas escolares veraniegas que no son recomendaciones sino obligaciones, los famosos deberes* que hay que entregar en septiembre, se convierten en una pesadilla. Son una mochila pesada que se arrastra todo el verano.
Si tú eres una de las madres o eres uno de los padres que sabes que tu hijo NO quiere hacer deberes en verano, te hago un llamamiento políticamente incorrecto: NO obligues a tu hijo o hija a hacer los deberes del colegio.
Porque, si lo hace a gusto es perfecto pero si cada vez que le dices que tiene que hacer una ficha o leer un libro a tu hijo o hija le cambia la cara y resopla o se niega, está claro: no le va a producir ningún beneficio académico ni mucho menos emocional.
Si has leído hasta aquí, seguro que tienes al menos dos preguntas. Paso a contestarlas:
1. Pero, ¿no se le olvidará lo aprendido? ¿no necesita repasar?
Tanto si es un niño que ha seguido perfectamente “el ritmo” del curso como si no, es lógico que tengas miedo de que en estos dos meses y pico, el niño olvide los conocimientos aprendidos o tenga dificultades en el nuevo curso.
Que no cunda el pánico. Ciertamente, existe un olvido cuando algo no se practica pero no solo ocurre en verano sino que lo largo de la vida no va a retener todo lo que aprende. Piénsalo: ¿tú recuerdas todo lo que, supuestamente, aprendiste en el colegio?. Entonces, no luches por un imposible. Lo que aprendemos sino se utiliza se olvida aunque de pequeños lo repases hasta la extenuación.
Lo que sí que debemos preservar son las ganas por aprender, la ilusión por descubrir cosas nuevas, la satisfacción de emprender proyectos propios, etc. y todo esto lo podemos cultivar durante este verano.
Haz una lista de actividades, juegos, salidas, etc. que puedes hacer con tu hijo estos meses y verás todas las posibilidades educativas que un verano te presenta. No tienen que ser ideas sofisticadas. Piensa que, si por ejemplo, vas a la playa y el niño juega con la arena, corre por el agua, recoge conchas y piedras, construye castillos, hace túneles,… estará trabajando arte, educación física, matemáticas, conocimiento del medio, etc.
Creo que solo tenemos que cambiar la mirada y pensar que los niños SIEMPRE están aprendiendo cuando el ambiente es rico en estímulos.
2. ¿Qué pasa con el colegio o con el docente que ha mandado los deberes?
Ya os dije, que la propuesta era políticamente incorrecta.
Pienso que lo mejor es que hables con él o ella y le expongas tus motivos pedagógicos y de crianza (como los mencionados en la respuesta anterior) por los cuales tu hijo o hija no se compromete a realizar todas las tareas del verano.
Además, compartiría con el docente el listado de ideas y recursos que tienes pensado hacer en el verano. Propuestas que sabes que van a contribuir a su desarrollo emocional y académico. Explícale que tu hijo tiene derecho a un verano sin deberes.
*Una obligación (del latín ob-ligare, que significa atar, dejar ligado) es la situación en la cual una persona tiene que dar, hacer, o no hacer algo. Se utiliza como sinónimo la expresión deber. El término opuesto a “deberes” u “obligaciones” es el de derechos.
Fuente: Wikipedia
¿Qué opinas tú al respecto? ¿Tus hijos o alumnos se pasan el verano haciendo deberes? ¿Piensas que hay otras maneras de aprender más efectivas y divertidas?
¡Te leo en los comentarios!
¡Me ha encantado leerte!
Muy buena propuesta y su razonamiento. Con tu permiso te comparto en facebook.
Saludos
Claro que puedes compartir!!
¡Cuántos más niños felices en verano, mejor!
Me ha encantado la entrada, y estoy completamente de acuerdo. Ya he tenido que luchar contra la idea de «un ratito al día». Están de vacaciones, y se lo merecen.
Estoy totalmente de acuerdo, yo me peleaba con mis hijos mayores hace unos años para que hicieran los deberes y no solo no lo conseguía nunca, sino que era una pesadilla para ellos y para mí. Cuando vi que ni siquiera se los pedían en septiembre al regresar y que ellos nunca han ido mal en clase…que haga lo que quieran que el verano es para descansar.
Yo también estoy totalmente de acuerdo. Mi hijo aún es muy pequeño para que le manden deberes, sólo tiene 20 meses, pero yo soy maestra de infantil y hasta que leí algo parecido en un libro titulado «Amar sin miedo a malcriar» de Yolanda González, en algunas ocasiones le había preparado fichas a mis alumnos y alumnas para vacaciones.
Ahora estoy convencida de mi gran error e intentaré que mis compañeras también estén convencidas y, cuando mi hijo tenga edad de que le manden deberes en el cole, hablaré con sus maestras o maestros y les explicaré mi postura. Espero que la entiendan pero sino… ¿acaso ellos se llevan deberes para verano o sus vacaciones sí son para disfrutar?
Malena, me gustaría saber tu opinión sobre este articulo donde afirman que: «…los alumnos que interrumpen totalmente su aprendizaje en los meses de verano sufren una pérdida media en habilidades de cálculo matemático de 2,6 meses de curso escolar con respecto a los que continúan aprendiendo».
Aqui esta completo: http://www.smartick.es/blog/wp-content/uploads/Smartick-Perdida-de-Conocimientos-en-Verano.pdf?utm_source=Campa%C3%B1a+de+Verano+2012&utm_campaign=b1146eae46-Recomienda_a_un_amigo_clientes_3_29_2012&utm_medium=email
Totalmente de acuerdo. En el cole les mandan hacer un diario de vacaciones que tienen que entregar a principios de curso. Lo tienen que hacer a su marcha y como ellos quieran: con un dibujo, un recorte de una revista que les llame la atención, unas palabras… Mi hija decidió el curso pasado investigar sobre las mariposas y estuvimos todo el verano con las mariposas. Cuando empezó el curso llevó su lapbook de las mariposas porque ese fue su diario de verano. Trabajó las secuencias, los números, la lectoescritura, el conocimiento del medio, exploró en un mariposario, y de una manera muy lúdica aprendió un montón.
Este verano ha decidido investigar sobre la creación de la Tierra y el origen del Hombre.
Es verdad, Luz lloró con él último examen de matemáticas precisamente, su mayor temor era que le quedasen para el verano y por fortuna con el apoyo de su padre ha sacado un «bien»…con lo cual ni repaso ni ná, todo lo que se aprenden es nuevo siempre…para ellas ha sido un logro adaptarse simplemente a este sistema…
Saludos
Hola, soy profesora y al contrario que mis compañeros de centro, nunca he mandado deberes en verano, por lo que estoy completamente de acuerdo contigo. A ver si empieza a cambiar la tendencia. ¡¡¡Por unos niños más felices en verano!!!
¡Cuánta razón tienes, Malena! Yo también he compartido este artículo; creo que los niños escolarizados lo único que esperan es poder quitarse de encima el peso de los deberes por lo menos en vacaciones. Todavía me acuerdo de lo amargada que me sentía cuando pensaba en los deberes que me daban en verano (100 problemas matemáticos para 3 meses de verano, lo que significaba un problema al día, pero yo ni quería ver el puñetero libro delante de mis ojos durante las vacaciones; y no sé cuántos libros para leer, muchos de los cuales no me apetecían, leía otras cosas – luego llegaba septiembre y yo me ponía nerviosa sólo de pensar en todo lo que NO había hecho, la culpa era horrible)… ¡No a los deberes escolares en verano!
Hola!!! Es el segundo día que entro en la web y con este ertículo me he decidido a hacer un comentario. Hay una oración en el artículo que me parece básica, elemental. Copio y pego: «Lo que sí que permanecen son las ganas por aprender, la ilusión por descubrir cosas nuevas, la satisfacción de emprender proyectos propios». Esto me parece básico y me parece que es el motor para aprender, tengamos la edad que tengamos y creo que es lo que hay que potenciar. Así que muchas gracias por plasmarlo en un artículo.
Me alegro de que te guste 🙂
Entre todos, conseguiremos cambiar algo
¡Hola!
Sigo tu blog desde que lo descubrí. Comparto totalmente las ideas que propones, la necesidad de construir matemáticas, de hacer, de cambiar las clases «de culo sentado»,… y sobre todo de desterrar la idea de que las matemáticas son difíciles y aburridas.
Y además comparto tu idea de que el verano es para aprender otras cosas que son tan importantes como los contenidos del currículo escolar. Me remito a las sugerencias para el verano que les propuse a mis alumnos de 5º: http://nuestraclaseyotrascosas.blogspot.com.es/.
Buen verano
(Una interina que está de exámenes estos días)
Hola Oti,
¡¡¡Gracias por seguirme!!!
Cada vez somos más los que pensamos en esta línea.
Buen verano y suerte en los exámenes.
Hola Malena: Me ha encantado tu artículo es genial y somos del grupo de padres e hijo que le cuesta sentarse para hacer los deberes.Pensamos que ya ha tenido suficiente durante el tras curso escolar pero le han mandado dictados y copiados. Asi que agradezco tu opinión y si me lo permites se lo voy a pasar al maestro de mi hijo. Un besote y muchas gracias por esta página tan maravillosa.
Radicalmente en desacuerdo, nuestros niños y niñas no trabajan todo el año picando en la mina ni recogiendo basura en vertederos, eso de «descansar » es relativo , y dos meses sin hacer nada ya no es de recibo con el pésimo nivel escolar de este país, y siento ser también políticamente incorrecta pero cuando luego nos cuenten que vamos los últimos en rendimiento escolar y los primeros en abandono de estudios, no nos quejemos los padres de que la culpa es solo del colegio . ¿Descansar quien ,los niños o los padres , que no les apetece nada ponerse a revisar los deberes de los niños ?
El nivel educativo de este país es lamentable desde hace lustros y es tarea no solo del colegio , también de los padres el inculcar sí las ganas de aprender pero también el esfuerzo que ello conlleva, no todo es risa y diversión , estudiar requiere de un esfuerzo porque a todos nos gusta más jugar que estudiar , a quien no. Pero si acostumbramos a nuestros hijos a que solo deben hacer lo que les gusta , van a tener muchos problemas en la edad adulta.
Facilitar sí, incentivar sí, dejar que hagan lo que quieran ¿¿¿y no hacer tareas que el profesor pide ??? , no.
Es más , me parece inaudito .
Entiendo el fondo del asunto pero no comparto la forma .
De hecho , el primer trimestre de cada curso se «pierde» lamentablemente en repasos de los conocimientos del año anterior , con la realidad objetiva de que los niños no se acuerdan de nada de nada y el tener que repetir conceptos que ya se han dado aburre tanto a alumnos como a profesores que unido a esa manía que ahora nos ha dado a los padres en creernos y auto denominarnos expertos en educación escolar y pedagogía es parte del problema porque si los niños saben que cuentan con el apoyo de sus padres para hacer frente a las instrucciones de sus profesores , saben que se saldrán con la suya y cada vez tendrán menos interés por estudiar.
Les estamos inculcando a nuestros hijos que la vida debe ser diversión y que lo que no les gusta porque no «mola» o no es «divertido» lo puede rechazar sin reparos , craso error , así estamos como estamos.
Una hora o dos al día durante el verano de repaso no mata a nadie ni quita tiempo de diversión .
Si los niños no quieren hacer deberes y eso supone una «tortura » para los padres , miedo me da el panorama escolar de este país.
Gracias por tu comentario Carmen, es muy interesante que haya debate sobre el tema que ya sé que es polémico la mayoría de las veces.
Respecto al «trabajo» de los niños durante el año, evidentemente que no estamos hablando de que el trabajo en el colegio viole los derechos humanos (salvando algún caso excepcional que no vale la pena traer aquí). Yo hablo de descanso porque hay muchos niños que en el día a día están sometidos a mucha presión. Actualmente nos encontramos con niños y niñas que se levantan a las 7 de la mañana para volver a casa a la 7 de la tarde, en ese tiempo han tenido que coger un bus para ir al cole, han pasado por servicios matinales (en cada lugar se llama de una manera diferente), las clases, el comedor, el patio del comedor, las clases, la extraescolar, el bus de vuelta y eso en muchos casos a partir de los 3 años. La dureza o no de tal ritmo hay que medirla desde el punto de vista de cuáles son las necesidades de los niños.
El segundo punto que comentas es el rendimiento escolar, ¿más horas lectivas o más tareas lo aumentan? En el supuesto de que sí (me gustaría ver estudios que lo ratificarán), ¿mejor rendimiento quiere decir personas con más cultura, creatividad, iniciativa y otras tantas cualidades que al menos yo sí que considero básicas? En mi opinión, el rendimiento escolar y/o el abandono escolar es un tema complejo que no creo que se ataje ni aminore con deberes. De hecho la tendencia de los últimos años ha sido la de aumentar las tareas escolares y los resultados no es que sean muy positivos.
Ahora hablo a título personal. Debo ser un caso raro pero en mi casa cuando les gusta algo con pasión, prefieren estudiar que jugar o al menos no es una tarea pesada. Por otro lado, no inculco ni a mis hijos ni a mis alumnos que la vida es sólo diversión, en casa tienen responsabilidades y obligaciones y en la escuela también. De lo que habla este artículo es de pasar tiempo con los hijos, disfrutar de la mutua compañía, descubrir que la vida está llena de posibilidades para aprender, que eso que llamamos matemáticas, lengua o naturales, no es un invento de la escuela, es la vida. Durante el curso ha habido tiempo para hacer un aprendizaje académico, muchas veces atropellado por la falta de tiempo. En mi opinión, el verano es un espacio de aprendizaje diferente, en el que por supuesto tienen cabida los cuadernillos pero que yo creo que no son una prioridad. Muchas personas hemos pasado veranos sin la obligatoriedad de los deberes, simplemente con sugerencias o, en mi caso, con las ganas de seguir haciendo cosas escolares, tanto unos como otros no formamos parte del abandono escolar, por ello creo que las causas son mucho más profundas.
Un saludo
Muchas gracias por tu atención , Malena, y debo decir que mis hijos ya superan la edad infantil y están entre final de primaria y mitad de la ESO. Esa diferencia supongo que es lo que me hace disentir que no polemizar , no era ni es esa mi intención.
Estudiar es como el comer , absolutamente necesario durante toda la vida pero no siempre fácil , pues a unos les gusta un poco de todo , a otros algo más de una cosa que de otra , y a unos cuantos se les atraganta esto y aquello y parece que no hay manera. Y lo mismo que hay que educar el paladar y hacer comprender que hay que comer de todo , no solo lo que gusta y rechazar lo que no , hay que educar el cerebro y entender que estudiar es lo que es , una actividad continua, una rutina constante , como quien se prepara para una actividad deportiva . Porque ganar es divertido , entrenar a diario no tanto pero hay que hacerlo para seguir en la competición.
Esa es la realidad de la vida y la infancia es solo una etapa muy pequeña que no podemos ni debemos prolongar hasta la universidad e incluso más allá, que es lo que ahora , desgraciadamente, veo a mi alrededor ( y no puedo ser la única que lo veo así, no puedo ser tan rara )
¿ Se le permite a un niño que coma solo lo que quiere y si pone mala cara o resopla hay que triturar toda la vida las verduras para que el niño-adolescente -adulto se las coma?, ¿ hasta que edad de le deja que resople o haga pucheros ? , porque llegará el momento de «enfrentarse» con ganas y valentía al brócoli , a la química, a saber los ríos del mundo o correr con vallas sin tirarlas y eso es esfuerzo personal , que ni los padres ni los profesores podemos ni debemos hacerlo todo .
Coincidirás conmigo que es entre irritable y risible esos niños-adolescentes que ponen mohínes ante comida absolutamente razonable y habitual pero que si deciden arbitrariamente que no les gusta ya empiezan a remover la comida con los cubiertos como si buscaran un bicho que les va a atacar o te dicen claramente que «eso» no lo comen, no porque no , porque en mi casa «eso» no lo como.
Pues al igual que nos esforzamos y queremos que nuestros hijos sean educados , sanos , sepan comer y no hagan el ridículo en casas ajenas con absurdos gastronómicos , lo mismo pasa con el hecho de estudiar , porque es lo único , para su suerte y la nuestra , que tienen que hacer durante muchos años , sin más preocupación que esa , comer y estudiar.
De momento.
Tal como está el mundo , ya veremos…
Un día se le puede poner un adorno a la comida para hacerla más atractiva , otro día se le deja que se tome su tiempo y mastique a desgana, vale , pero no toda la vida puede ser así, y si ya de niños no se acostumbran ni a comer , ni a estudiar , ni a nada que no les resulte entretenido , ¿ qué adultos van a ser?. (pues de los que no se van de casa de mamá ni a los 45 años, por ejemplo…)
No nos damos cuenta que , aún en estos tiempos difíciles , vivimos aún en una parte privilegiada del mundo y que ir al colegio todos los días es una suerte que ¡millones! de niños no tienen , eso es lo que debemos decirles a nuestros hijos , que lo aprovechen , que estrujen el tiempo y le saquen todo el jugo . Que muchos ni bus , recorren a pie kms para ir al colegio y vuelven a casa y no tienen habitación propia ni conexión wifi.Y por desgracia , ni comida.
Pero dejando de lado lo que es la realidad de la mayoría de los niños del mundo y centrarnos en nuestro aún cómodo y privilegiado rincón del mundo de vida de estrés urbano y de periferia , como le he dicho a otra madre que ha tenido la amabilidad de comentar mi entrada en este blog, la infancia de nuestros hijos trascurre ya de forma muy distinta a la nuestra y hasta algo tan obvio como el tiempo de ocio es muy diferente al que fue nuestra infancia.
Y somos los adultos , padres y madres ,los que rememoramos los «deberes » como tarea infernal , pero sin embargo , nunca nuestros niños han tenido unos horarios escolares tan demenciales (como inútiles ) como los que tienen ahora , a los que los progenitores añadimos durante el curso multitud de actividades extra-escolares tan variadas y exóticas como muchas veces ineficaces y prescindibles pero que sirven para tener a los retoños «colocados » durante nuestra muy ocupada vida de adultos.
Pero eso no es culpa de los niños , es nuestra , y luego queremos lavar nuestra maltrecha conciencia con «no deberes» .
Los temarios escolares actuales son infinitamente más livianos que los que tuvimos nosotros y a ninguno de los que ahora somos padres nos reventó el cerebro por estudiar y , desde luego , nuestros hijos tienen mucha menos cultura general que nosotros .Tienen mejor acceso , más medios , más facilidades , más inmediatez a todo tipo de datos , pero no parece que esa facilidad haya beneficiado , bien al contrario. Lo fácil se vuele aburrido y lo que aburre cansa , y lo que cansa , se abandona.Y ni se repasa lo del colegio porque no hay tiempos ni ganas y todos resoplamos con angustia. Y como luego solo comemos lo que nos gusta , pero pasa lo que pasa ,obesidad infantil ( y en los adultos también , nunca en el mundo»occidental» hubo tal cantidad de obesos mientras el resto del mundo se muere de hambre) y bajo rendimiento escolar.
¿ Mienten las estadísticas ?, pues no lo se .
Solo puedo decir que «los deberes», que es lo de lo que veníamos a hablar, son el más nímio de los problemas de nuestros hijos.
Perdón por el rollo.
Un saludo.
Carmen, sólo como anécdota quiero contarte algo -tengo 43 años, trabajo y soy madre de un niño de 7- :
A mi nunca me pusieron deberes, salvo en 6º de EBG estudiar los ríos y sus afluentes o las provincias y sus capitales, tampoco existían los libros de verano o vacaciones como los que hay ahora en mi infancia, pero sin embargo tengo 2 carreras terminadas y estoy con la 3ª.
Mis padres nunca necesitaron presionarme para estudiar, lo hacía por gusto. Ni me obligaban, ni me ponían horas de estudio, ni mucho menos, y en verano jugaba e iba a la playa. Mis notas hasta 6º fueron siempre todos sobresalientes, luego he tenido siempre una media de notable, sólo necesité apoyo en BUP y COU con las ciencias puras, y no eran precisamente deberes, si no clases particulares donde alguien con conocimientos me explicaba lo que yo no entendía. Todas las cosas de matemáticas, física y química que aprendí en esas fechas nunca jamás las he usado, -creo que sólo lo hacen los astronautas, vamos-.
Y si, es una tortura hacer deberes con un niño, yo no estudié para profesora y las matemáticas -por poner un ejemplo- que le enseñan a mi hijo no tienen que ver con la metodología que usaban en mis tiempos. Hay cosas que sencillamente no sé explicarle porque las aprenden distinto.
Termino diciéndote que salvo casos de personas autónomas, la mayor parte de los seres humanos trabajadores cuando terminan su jornada laboral, no siguen trabajando, y cuando están de vacaciones tampoco siguen trabajando ¿por qué los niños sí deben hacerlo?
Creo que has malinterpretado el artículo, sinceramente.
Marga , muchas gracias por tu atención a mi comentario . No obstante , y nunca con ánimo de polémica, tengo que decir que los tiempos de tu infancia y de la mía, que son coincidentes , nada tienen que ver con la de nuestros hijos, ni los temarios , ni los métodos , ni la proyección de los estudios a un mundo laboral incierto, ni siquiera la ocupación del tiempo de ocio de nuestros retoños y es que el mundo ha cambiado radicalmente en estos últimos años, más y más rápido que nunca antes . Y pasar más de dos meses con «no hacer nada» es como si me dicen que hay que mandar a nuestros hijos al colegio con tiza y pizarrín cuando los demás usan ordenador .
No he malinterpretado el artículo , simplemente no estoy de acuerdo. Que es una opción tan válida como el estar de acuerdo, porque el intercambio de ideas y opiniones es siempre algo favorable .
Si todos pensáramos lo mismo , el mundo sería muy aburrido, ¿no crees?. un saludo
Hola!!!… como madre comparto plenamente todo lo que comentas en tu artículo y quisiera hacerte una pregunta por si lo sabes… es legal que durante las vacaciones de verano les envíen deberes donde el profesor dice que serán con calificación válida para el siguiente curso?… de verdad que esto me ha dejado de piedra… gracias de antemano…
Hola Leticia,
También me has dejado de piedra con esa información 🙁
Por lo pronto, me parece absurdo que el trabajo de un verano pueda contar para las calificaciones del siguiente curso. Se puede dar el caso de que el niño y su familia se vayan de vacaciones 3 meses o que el profesor que los envió finalmente no sea el profesor del nuevo curso o que lo quieras cambiar de colegio y a última hora decidas que no, etc, etc.
Si en un colegio han hecho esa propuesta, yo cuando menos, iría a hablar con el/la maestro/a, jefe/a de estudios, director/a y pediría la programación y evaluación a ver dónde se refleja ese trabajo y esa evaluación. Creo que con educación y respeto hay que preguntar qué y cómo se hacen las cosas y más si desafía nuestro sentido común.
Ya me contarás.
Un abrazo
Totalmente de acuerdo. Malena eres genial y desde q te sigo e hice contigo un curso en el crif de las acacias me encantan las mates… y a mis alumnos e hijas también.
Un abrazo
Beatriz, me sacas los colores pero sobre todo me llena de satisfacción leerte, no hay nada mejor que recibir vuestro feedback de los cursos. ¡Gracias por pasarte por aquí!
No estoy de acuerdo con los deberes durante las vacaciones ni tampoco durante el curso todos los días. Se pueden plantear actividades diferentes que motiven a los alumnos y que estén relacionadas con los contenidos adquiridos durante el curso.