Cuando nos reunimos con amigos o conocidos, podemos hablar de la situación actual, de política, de cine o del último libro leído. Incluso podemos charlar animadamente de alguna celebrity o de filosofía, los temas pueden ser increíblemente dispares.
Pero que no se nos ocurra hablar de algo relacionado con las matemáticas, ya que automáticamente somos tachados de aburridos o de friquis (palabra de moda que significa aficionado a algo minoritario, ya que no hay friquis del fútbol por más que lleven el escudo de su equipo hasta en su ropa interior).
Somos friquis los matemático, ¿o no?
Recuerdo una anécdota que he escuchado en varias ocasiones magistralmente contada por mi maestra y amiga Maria Antonia Canals. Un día, se encontraba ella impartiendo clases en la universidad. Era docente de futuros maestros en la diplomatura de magisterio y la clase trataba sobre los números irracionales. En particular, comentaba las infinitas cifras decimales del número pi y hablaba maravillada de una visita reciente a un museo donde se encontraban expuestas las cifras decimales descubiertas hasta ese día. Estoy hablando de hace unos 20 años y ya se habían descubierto unos mil millones de cifras decimales ¿increíble, no? Actualmente el récord de decimales lo ostenta Shigeru Kondo que el año pasado llegó a la escalofriante cantidad de 10.000.000.000.000 cifras decimales.
Como si de una afición tonta se tratara, una alumna preguntó: ¿pero para qué queremos tantas cifras decimales? ¿no es un poco absurdo dedicar el tiempo a eso?
Maria Antonia, miró a su alumna y le hizo una sencilla pregunta, ¿tienes novio? -a lo que la chica respondió que no.
Está bien, no tienes novio pero puedes imaginar tener uno. Y podría ser que tu novio fuera astronauta. Al ser astronauta podría ser que lo mandaran en un viaje espacial. Y si lo mandan a la luna, a ti te gustaría que tuvieran la suficiente precisión para que llegara a la luna y no a Marte. Cuando las distancias son tan grandes, el conocimiento de millones de cifras decimales es fundamental para ir donde uno quiere y que así tu novio volviera a su casa.
Los matemáticos no somos aburridos
A mí siempre me ha gustado esta anécdota. Con ella se destierra la imagen de que los matemáticos hacemos las cosas por aburrimiento o porque somos friquis. No se ve toda la implicación que viene detrás de cualquier concepto o descubrimiento matemático.
Muchas veces me han preguntado para qué sirve esto o aquello. En algunas ocasiones no he sabido qué contestar de una manera comprensible y que no implicara más matemáticas para responder. Pienso que ese es el verdadero reto de la didáctica de las matemáticas. Debemos plantear situaciones reales donde se apliquen los conocimientos que estamos estudiando.
Así pues, cuando hablamos de matemáticas, ya sea de los últimos descubrimientos o de un sencillo problema planteado hace miles de años, nosotros como docentes o acompañantes de nuestros hijos o alumnos nos debemos plantear para qué, para qué sirve lo que estamos haciendo. Es importante tanto para explicárselo a otros como para conocer las dimensiones e implicaciones de aquello que estamos trabajando. Y ojalá, de esta forma cambiemos la imagen de las matemáticas y nuestros niños cuando sean mayores puedan hablar y disfrutar con las matemáticas ya que eso significaría que estamos en el camino adecuado.
¿Te has encontrado en una situación parecida a las que comento? ¿O eres de los que piensa que las matemáticas no sirven para mucho? ¿Te han preguntado tus hijos o alumnos para qué sirven?
¡Te leo en los comentarios!



Es genial, Malena. Yo no soy una gran fan de los números (profesor terrorífico en Secundaria, y eso que yo no era mala en la materia), pero cuando escucho a mi hermano hablar de Física con tanta pasión entiendo que hay algo que a mí se me escapa, y puedo pasarme horas escuchándolo y haciendo preguntas… De la misma forma, el caso que cuentas aquí de tu amiga María Antonia me parece fascinante, ya ves, una explicación tan sencilla da sentido a algo tan incomprensible para muchos ¡Educación para la vida siempre que se pueda! =)
¡Qué suerte tener un apasionado de la física cerca! A mí me gustaría profundizar en muchos temas de la física que prácticamente desconozco, pero tiempo al tiempo.
Estoy contigo: ¡Educación para la vida siempre que se pueda!
Excelente reflexión Malena, yo me considero una «friki» de las matemáticas jeje. Me quedo con el ejemplo del novio astronauta por si las moscas 🙂
Un saludo!
Jeje, somos muchos los friquis que pululamos muchas veces en silencio 🙂
Estupenda reflexión.
A mi me encantan las matemáticas y mucha gente no sabe que forman parte de todos los aspectos de nuestra vida. Hasta de nuestros pensamientos y nuestra forma de razonar.
Pero mas allá de eso, creo que no todo lo que no apasiona tiene que «servir para algo». Quiero decir que hay tantas cosas en la vida que nos emocionan sin tener una utilidad practica…
Estupenda reflexión.
A mi me encantan las matemáticas y mucha gente no sabe que forman parte de todos los aspectos de nuestra vida. Hasta de nuestros pensamientos y nuestra forma de razonar.
Pero mas allá de eso, creo que no todo lo que nos apasiona tiene que “servir para algo”. Quiero decir que hay tantas cosas en la vida que nos emocionan sin tener una utilidad practica…
Gracias Maribel.
Estoy de acuerdo contigo: no siempre hay que hacer las cosas porque «sirven para algo» pero tampoco hay que caer en el lado extremo de hacer las cosas «sin saber si sirven para algo». Aquí, los apasionados a veces nos da casi igual si sirve o no, simplemente nos gusta :-), pero claro, no lo podemos presentar así a todo el mundo.
Hola Malena
Muy interesante tu artículo, en verdad es importante hacerle ver a todos la utilidad de la Matemática y su aplicación a la vida diaria, ya que muchos no ven que en todo lo que nos rodea interviene laa Matemática y en particular los números que surgen desde que el hombre empezó a pensar y buscar las explicaciones de todos lo fenómenos de la naturaleza y la sociedad.
Saludos
Así es Miriam, yo siempre digo que una creación humana (en este caso las matemáticas) siempre tiene mucho que ver con todos y cada uno de nosotros. Simplemente hay que mostrarlo y no encriptarlo (es que a veces las matemáticas parecen ser un conjunto de jeroglíficos más que una interpretación del mundo)
Hoy, desde luego, los números ocupan las primeras planas
«… 15.000 neutrinos batieron a la luz por 60 milmillonésimas de segundo …».
Gracias por el artículo 🙂
Supongo que también soy un friqui de los números… ingeniero electrónico y licenciado en matemáticas.
Permitidme que haga algunas matizaciones,
La anécdota del astronauta es hermosa, pero no muy real. Actualmente no poseemos tanta precisión en nuestras mediciones físicas como para requerir tantísimos decimales de pi, con 8 o 10 serían mas que suficientes.
A SON, decirle que meses después de su comentario se reconoció el error en el experimento de los neutrinos, los cuales nunca llegaron a batir la luz como la teoría de la relatividad de A. Einstein predice,
A Malena, que podríamos discutir mucho sobre si las matemáticas son una creación humana o solo son un descubrimiento de «algo que ya estaba ahí».
Y también a Malena… que plantee todas las dudas que se le ocurran sobre física, que entre todos intentaremos hallar una respuesta.
Gracias por el artículo y los comentarios!
Josep bienvenido al «friquismo» de los números.
¡Oooh! Me has roto un mito pero te agradezco que hayas hecho la aclaración, ¡tenemos que intentar ser rigurosos!, ahora tendremos que pensar en alguna otra aplicación del descubrimiento de tantas cifras decimales del número pi….
Y te agradezco tu invitación a debatir y aportar. ¡Se agradece de verdad!
Un abrazo
¿Necesitamos buscar aplicación a la belleza?
Un número tan simple y que esconda en sí mismo una complejidad infinita ya es de por sí una obra de arte.
Conocer unas cuantas cifras de pi (aunque sean millones no dejan de ser un punto en su infinitud) no aporta realmente mucho… Pero encontrar un procedimiento para poder conocerlas nos ha permitido descubrir caminos y conexiones insospechadas entre algunas ramas de las matemáticas.
Algo así como el poema Itaca del griego Constantino Cavafis :
Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.
Κωνσταντίνος Πέτρου Καβάφης
¡La belleza ya es una aplicación!
Muchas gracias por tu comentario y por el poema que siempre ha sido una inspiración para mí.