He encontrado este artículo del blog Actualidad Pedagógica, Alternativas para cambiar el modelo tradicional de aprendizaje y me ha parecido interesante compartirlo con todos vosotros cómo ser un mal profesor.
A continuación se presentan 10 pasos con los que podemos limitar la participación del alumnado y así empezar a convertirnos en un mal profesor.
Si por el contrario quieres ser uno de esos bichos raros que todavía creen en la mejora de la calidad de la enseñanza y que trabaja para ofrecer a los niños lo mejor de sí mismo, no tienes más que hacer lo contrario que aparece en esta guía. 🙂
Cómo ser un mal profesor
- Utilizar preguntas cerradas o de respuesta determinada: cuidado con plantear preguntas abiertas ya que pueden generar respuestas inesperadas. Lo más cómodo para el docente es hacer preguntas que sólo tengan como respuesta sí o no, y que no permitan inferir o interpretar los contenidos de una manera diferente a la que piensa el profesor. De esta forma evitaremos estimular el pensamiento crítico.
- Redirigir o contestar las preguntas lo antes posible: el tiempo de espera o pausa que utiliza el profesor al hacer una pregunta es crucial para recibir respuestas de los alumnos. Si no respondemos las preguntas o las redirigimos antes de que contesten los alumnos, corremos el riesgo de que los alumnos piensen por sí mismos y les acostumbremos a hacernos perder el tiempo con sus reflexiones.
- Crear un ambiente inhibidor: cuidado con la forma de formular las oraciones. Si utilizamos la primera persona del plural los alumnos pueden sentirse integrados y robar el protagonismo al profesor (hoy voy a hablar…, en lugar de hoy vamos a hablar…) Puede ocurrir que si propiciamos el diálogo entre alumnos, éstos pueden tomar el poder en la clase y no dejar al profesor contar todo lo que sabe.
- Juzgar las aportaciones: si el profesor le quita importancia a las aportaciones erróneas o inadecuadas, en lugar de castigar o reprochar dichas aportaciones, puede ser que los alumnos se sientan demasiado seguros y pongan en duda la capacidad del profesor. Si queremos que el alumno sienta amenaza sobre su imagen social o se sienta inseguro no hay más que ponerle en ridículo en cuanto intervenga con una aportación que no es del todo correcta.
- No tener en cuenta la participación en la evaluación: a los alumnos ya les gusta interactuar. Si queremos reducir esto, es importante que tengamos más en cuenta el resultado final obtenido que la actitud de participación en clase. Valorar la actitud y la participación es demasiado complicado.
- Tomar decisiones sin preguntar a los alumnos: las experiencias previas y la formación del profesor es mucho más cercano a la realidad que lo que piensen los alumnos. El hecho de pedirles a ellos su opinión sobre asuntos relativos a la decoración u organización de la clase o, aún peor, sobre las normas o hábitos de convivencia del grupo, puede hacerles pensar que ellos son los dueños de sus propios actos. El profesor perdería autoridad y poder y les daríamos pie a desarrollar sus propios intereses y no los intereses del profesor.
- Fomentar el trabajo individual competitivo: si se organizan tareas en un solo grupo, en lugar de grupos reducidos o parejas, conseguiremos que sólo los más aptos participen, aumentando la autoestima del profesor. Cuando hagamos una pregunta, los alumnos tendrán una oportunidad de cada treinta (en grupos de ese número) para participar, lo cual reduce mucho las posibilidades de que los alumnos digan cosas tontas o creativas. Por otro lado, un ambiente competitivo en clase nos ayudaría a que los alumnos oculten la información a sus compañeros evitando que hablen y se distraigan entre ellos.
- No realizar debates o role playing: los debates dan a los alumnos herramientas para rebatir o argumentar sus ideas. Imagina lo peligroso que puede ser esto para un profesor. Es más interesante que los alumnos acepten todo lo que se les diga sin poner en duda lo que se está diciendo.
- Utilizar únicamente el libro de texto como recurso didáctico: el libro de texto es una herramienta ideal para conseguir que los alumnos no participen en el aula. Los ejercicios suelen ser cerrados y no permiten la improvisación o el desarrollo creativo. Debemos cuidar que los alumnos no se copien unos de otros para evitar que compartan el conocimiento y que enseñen unos a otros, ya que enseñar es el papel del profesor, no del alumno.
- Evitar el uso de las tecnologías de la información y la comunicación: el uso de herramientas digitales de aprendizaje puede hacer que los alumnos se impliquen en la creación de información y conocimiento, llegando incluso a saber más que el profesor sobre el tema a investigar. Para evitar esto, debemos limitar el uso de las TIC a proyectar vídeos o presentaciones de las editoriales. Buscar en internet o escribir un blog les da demasiada libertad.
¿Qué te han parecido estos consejos irónicos? ¿Cometes alguno de estos errores? ¿Cuál es el más común entre profesores que conoces o que has tenido?
¡Te leo en los comentarios!





ja ja muy bueno Malena, gracias!
Muy interesante articulo que permite reflexionar cual es la actitud que tenemos en nuestras sesiones de clase. Y creo que mucho de los docentes permanentemente realizan estos 10 pasos y es por eso que la gran mayoria de los niños y niñas muestran rechazo a la matemática, particularmente creo que muchas veces tambien actue así.
Yo creo que todos los profes o la gran mayoría tenía grandes ideales antes de entrar al sistema educativo (y de hecho por eso eligieron ser profes), lamentablemente el sistema está hecho para que uno siga estos diez pasos en el aula y de paso se olvide de los ideales que lo llevaron a estudiar pedagogía. Ya sea por que hay que cumplir con el curriculum o con las evaluaciones, sin interesarse si los niños, niñas y jóvenes están verdaderamente aprendiendo….
Carol, esa excusa no vale, SIEMPRE es tu elección y tu responsabilidad dar lo mejor de ti.
Buen día:
Deseo utilizar la imagen «Espero que todos…..» para una presentación pero necesito saber como debo citar dicha imagen y si es CC. Gracias.